Vivimos en un mundo donde casi todo puede realizarse a distancia gracias a los avances en las comunicación y la tecnología. En suma: gracias al internet. Sin embargo, con respecto al área de la salud, existen aún ciertas dudas sobre cómo llevar a cabo ciertos servicios de dicha industria a distancia. Si bien algunos de estos son irreemplazables por los momentos (como por ejemplo cirugías, toma de muestras físicas, entre otros), existen algunas alternativas que han surgido los últimos años en cuanto a servicios de salud a distancia.
La telemedicina, por su parte, es una de estas alternativas. Definida por la Organización Mundial de la Salud como “la prestación de servicios de salud por parte de profesionales sanitarios mediante el uso de tecnologías de información de comunicación (TICs) para el intercambio de información válida para el diagnóstico, el tratamiento, la prevención de enfermedades, la investigación y la evaluación y para la formación continuada de profesionales sanitarios, todo ello con el objetivo final de mejorar la salud de la población y de las comunidades“, la telemedicina es hoy en día una realidad y una opción muy interesante gracias a los avances tecnológicos. En suma, la telemedicina es la prestación de servicios médicos a distancia a través de distintas herramientas.
Sin embargo, la telemedicina no incluye únicamente diagnóstico y tratamiento a pacientes, sino también servicios de educación médica e incluso de discusión de casos clínicos entre colegas. En todo caso, es un recurso que optimiza los servicios de salud, economizando en factores como tiempo, dinero y, además, facilita el alcance y el acceso de la medicina hacia otras zonas y otras personas.
En la actualidad, Europa, Oceanía y Norteamérica son las principales regiones del mundo que utilizan la telemedicina. Se estima que solo en Estados Unidos se realizan alrededor de 5 millones de consultas a distancia. Sin embargo, en América Latina aún significa una práctica cuesta arriba dadas las condiciones de internet y de salud en la región, aunque ha habido avances significativos en algunos países de la región, tales como Colombia y Chile. En suma, si no estás muy familiarizado con este término o te interesa saber más al respecto, a continuación te explicamos algunos detalles claves sobre la telemedicina: su origen, características, aplicaciones, factibilidad y otros datos importantes:
Antecedentes
Si bien la telemedicina ha tenido un auge reciente y su expansión se ha dado gracias a la globalización y al acceso a Internet en gran parte del mundo, existieron ciertos acontecimientos previos que dieron origen a esta práctica.
El primer antecedente real de la telemedicina está inexorablemente atado con el origen de las telecomunicaciones: la invención del telégrafo a principios del siglo XX, por ejemplo, permitió la comunicación a grandes distancias. El acceso masivo al teléfono ocurrió también a inicios del siglo XX: para aquel entonces, los médicos empezaron comunicarse tanto con sus pacientes como con sus colegas vía telefónica. En 1924 surgió la primera idea de telemedicina en la revista Radio News, en la cual se encontraba una ilustración de una máquina con televisión y micrófono que permitía a un paciente comunicarse con su médico. Lo que en principio fue una ilustración con ideal futurista, terminó materializándose año más tarde.
Por otro lado, los primeros usos de telemedicina para transmitir imágenes y vídeo se produjeron hacia mediados del siglo XX entre 1950 y 1960. Durante estas décadas, la telemedicina obtuvo un gran impulso gracias a los programas de investigación de la NASA, pues los astronautas debían viajar sin personal médico a bordo.
Hacia finales del siglo XX la práctica de la telemedicina cobró más auge gracias a la revolución de la información que empezó a surgir en aquella época: tanto el auge del internet como la capacidad de grabar imágenes y transmitirlas en tiempo real fue fundamental. En 1995, por ejemplo, la Clínica Mayo ubicada en Estados Unidos estableció conexión permanente con el Hospital Real de Ammán en Jordania, a través de la cual se realizaban consultas diarias: un médico jordano consulta a médicos estadounidenses sobre casos clínicos, así como solicitud de apoyo para interpretar radiografías e incluso problemas dermatológicos.
En todo caso, la telemedicina tiene orígenes relativamente recientes. Su verdadera expansión ocurre hacia finales del siglo XX e inicios del XXI, modernizándose cada vez más.
¿Cómo funciona la telemedicina? Características y aplicaciones
La telemedicina se sirve de diversas herramientas para elaborar diagnósticos, consultas u otro fin que se persiga. En todo caso, herramientas tecnológicas que permitan tener video llamadas, así como el envío de imágenes a través de celulares inteligentes, escáneres u otros dispositivos es fundamental.
Por otro lado, la aplicación de la telemedicina se enfoca hacia dos áreas de trabajo: la práctica clínica y la educación sanitaria. En ese sentido, las aplicaciones se enfocan hacia esas dos áreas. De acuerdo a datos ofrecidos por IBIS World, se estima que la distribución de servicios ofrecidos por telemedicina sucede de la siguiente manera: 40% para la transmisión de datos e imágenes para diagnósticos, 35% para la realización de consultas y monitoreo de pacientes, 13% para intercambio de información entre colegas y, en última instancia, un 12% destinado hacia la educación y formación en esta área.
La parte clínica incluye diagnósticos, consultas, monitorización remota del estado del paciente, reuniones o juntas médicas a distancias y, por último, almacenamiento digital de fichas médicas y otros datos. Por otro lado, en el área de educación sanitaria/salud pública incluyen clases a distancia desde centros médicos, por ejemplo, así como otro tipo de jornadas y formas de capacitación, tales como seminarios, foros, ponencias, entre otros. En suma, el funcionamiento de la telemedicina dependerá del área de trabajo que requiera. Para ambas áreas suele requerirse tanto internet como computadora, teléfono inteligente u otro dispositivo que permita establecer comunicación a distancia a través de audio y de video, de ser necesario. Los dispositivos y artefactos médicos necesarios variarán de acuerdo al caso clínico a evaluar, el tratamiento, condiciones del paciente, entre otros.
Tipos de telemedicina
De igual manera, es importante comentar sobre cuáles son los tipos de telemedicina que existen. Por una parte, existe la monitorización de pacientes a distancia, el cual permite el control de pacientes con enfermedades crónicas. El médico utiliza dispositivos que permitan recopilar datos en cuanto a niveles de azúcar, por ejemplo, u otros signos vitales. Por otro lado, existe la tecnología de almacenamiento y envío, el cual es fundamental para enviar imágenes u otro tipo de datos a otros centros médicos sin la necesidad de trasladar estos resultados físicamente.
Por último, la telemedicina interactiva permite tanto a médicos como a pacientes comunicarse en tiempo real. A través de este tipo de telemedicina suelen tener lugar consultas y/o chequeos de rutina.
Factibilidad y ventajas
La factibilidad de la telemedicina hoy día es una realidad. Si bien existen diversos procedimientos médicos que son humanamente imposible realizarlos a distancia, en tiempos actuales la telemedicina ha cobrado importancia y auge. Actualmente existen ejemplos muy importantes: en Alemania, por ejemplo, existen médicos a disposición telefónica que conversan con los pacientes y permiten despistar posibles casos de coronavirus sin necesidad de examinar al paciente de forma presencial.
Por otro lado, una de las principales ventajas de la telemedicina es que evita el desplazamiento de un lugar a otro tanto para el paciente como para el médico, por lo que evita, además, el colapso de centros médicos y mayor comodidad tanto para el médico como para el paciente. De igual manera, la telemedicina garantiza mejor tiempo de repuesta, optimiza costos y productividad. Permite, además, diagnósticos y tratamientos más rápidos, reduce el número de exámenes duplicados y también ofrece un tipo de atención integral y continua.
En suma, la telemedicina es una herramienta muy valiosa en tiempos actuales y que, además, puede resultar muy beneficiosa tanto para médicos como para pacientes: optimiza tiempos de respuesta, reduce burocracia y, además, el acceso depende de menos factores físicos.
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