Llevar el cabello largo es una elección sencilla para muchas personas. Sin embargo, no por eso deja de ser un compromiso estético e higiénico, pues requiere de mayor – y más meticuloso – cuidado que un cabello corto.
El tedioso proceso de lavado de cabello ha sido motivo suficiente para que más de una persona haya decidido usarlo por los hombros o incluso casi al ras. Pues, si bien el aseo personal es un hábito que todos tenemos, mucha gente desconoce el modo adecuado de cuidar su cabello.
Desde tiempos inmemoriales, hemos visto en televisión y éxitos de Hollywood cómo las mujeres y personas con cabello largo tienen un semblante de éxtasis cada vez que acuden a su peluquería o centro estético de confianza para lavar su cabello.
Sin embargo, no es necesario tener que ir a un spa o gastar fortunas en centros de belleza para lavar nuestro cabello de forma correcta y tomarnos algo de tiempo para nosotros.
Un lavado de cabello va mucho más allá de simplemente limpiarnos. Puede, incluso, ser algo terapéutico. Y, aunque parezca difícil pensar que haya formas incorrectas de hacerlo, podrías sorprenderte. Por eso, en este artículo, te compartiremos algunas técnicas – y errores comunes – acerca del lavado de cabello.
Qué NO hacer a la hora de lavar nuestro cabello
Como te mencionamos con anterioridad, existen varios mitos, errores y malas prácticas comunes que, bien sea por desconocimiento, rutina o ambas; solemos cometer a la hora de lavar nuestro cabello.
- Usar champú únicamente en el cabello: Contrario a lo que puedas pensar, el cuero cabelludo es – en realidad – la parte del cuerpo que más necesita champú, mucho más que el cabello cómo tal. Esta es la parte en la que suele acumularse más grasa, mientras que las puntas suelen ser mucho más secas y deshidratadas tras el paso del tiempo. Concéntrate en limpiar tu cuero cabelludo y utiliza agua tibia para enjuagarlo.
- Lavados agresivos: El lavado, si bien profundo, no necesita ser brusco. Pasa desde la raíz a la punta de tu cabello de forma suave y amigable utilizando tus dedos y las palmas de tus manos. Jamás debemos restregar el cuero cabelludo con nuestras uñas, pues podríamos generar cortes y atraer infecciones. El cabello es mucho más vulnerable cuando está mojado, por lo que será propenso a enredarse o romperse si eres muy agresiva, además de debilitar los folículos pilosos.
- Utilizar acondicionador en el cuero cabelludo: Es importante que nunca utilices acondicionador en el cuero cabelludo, pues esto solo servirá para que la raíz de tu cabello sea mucho más grasoso. Si lo que quieres es hidratar tu cabello, deberás trabajar desde el medio hacia las puntas del mismo. Como te mencionamos previamente, las puntas son la parte más seca y necesitada de humedad, por lo que debemos concentrarnos más en esa parte y dejar el acondicionador por más tiempo.
- Usar champú dos veces: Existe el mito de que debes usar champú dos veces antes de pasar al acondicionador. Seguramente, este mito fue perpetuado por los fabricantes de champú, pues no existe un motivo real tras esto. Lavar tu cabello dos veces le quitará todo su aceite natural, lo cual tendrá un efecto negativo en él y podría dañarlo. A menos de que tu cabello esté muy aceitoso y sientas que un lavado no fue suficiente para quitar esta grasa, no deberías nunca lavarlo más de una vez.
- Sacar el acondicionador con agua caliente: La mejor forma de remover el acondicionador será colocarte debajo de la ducha mientras corre el agua fría. El agua fría ayudará a cerrar las cutículas y mantener la humedad, lo cual te asegurará que tu cabello no absorberá más humedad del ambiente y te ayudará a evitar el frizz.
- Frotar el cabello con una toalla para secarlo: Uno de los errores más comunes a la hora de secar nuestro cabello es frotarlo con la toalla al salir de la ducha. En su lugar, tendríamos que darle algunos golpes suaves con la toalla para remover el exceso de agua y nada más. Posteriormente, debemos dejar que nuestro cabello se seque naturalmente.
¿Cómo lavar nuestro cabello correctamente?
Ahora que sabemos qué debemos evitar a la hora de lavar y secar nuestro cabello, conversaremos acerca de las prácticas más recomendadas para evitar daños y hacer de esta una experiencia satisfactoria:
- Enjuagar a fondo: Asegúrate de enjuagar tu cabello en su totalidad antes de aplicarte el champú. El champú hace más – y mejor – espuma cuando el cabello está mojado. Además, se distribuye de forma equitativa. Por si esto fuera poco, mojar bien el cabello antes de utilizar champú también te ayudará a ahorrar, pues notarás que no necesitarás aplicar tanto.
- Enjuaga primero con agua tibia: Utiliza agua tibia para el primer enjuague de tu cabello. Esto te ayudará a abrir las cutículas del cabello para que el champú pueda penetrar con mayor profundidad y eliminar toda la suciedad y el aceite de tu cabello. Asimismo, esto también servirá para absorber los aceites y la humedad del acondicionador.
- Mezcla el champú con el agua: Como te comentamos en el apartado de los errores comunes, el cuero cabelludo es fundamental. Sin embargo, no debemos aplicar nunca champú directamente en el mismo, sino más bien mezclado con agua. Esto hará que el champú se esparza de forma uniforme a lo largo del cuero cabelludo, y también te permitirá utilizar menos que aplicándolo directamente.
Como puedes ver, no es necesario ser un experto o gastar fortunas y vaciar toda nuestra agenda para tener un cabello sano, limpio y brillante. Siguiendo estos sencillos pasos, tu experiencia con el lavado de cabello no volverá a ser igual jamás.
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