Seguramente has escuchado hablar sobre la kinesiología. En líneas generales, la kinesiología refiere a un nuevo tipo de terapia para tratar desequilibrios en el organismo de forma natural siendo una alternativa a la medicina convencional y tradicional.
En todo caso, la kinesiología ha cobrado gran popularidad en los últimos años. Diversos centros de estética especializada ofrecen este tipo de servicios a sus clientes.
Antes de entender cómo es la formación académica de un kinesiólogo, te explicaremos un poco más sobre esta disciplina, en qué consiste y otras consideraciones.
¿Qué es la kinesiología? Origen del término y en qué consiste
El término proviene del griego “kinesis“ (movimiento) y “logos“ (estudio), por lo que la kinesiología hace referencia al estudio del movimiento humano tomando como elemento principal el campo en el cual interactúan el cuerpo físico y la mente. En ese sentido, este tipo de terapia asegura que existe una relación insoslayable entre estos dos aspectos del cuerpo humano y, por tanto, cuidar uno de los aspectos significa automáticamente la mejoría del otro.
La kinesiología, pues, se encarga de evaluar la capacidad de respuesta de los músculos a través de un test. Si estos no reaccionan de forma eficiente, puede deberse a problemas en el sistema nervioso, sanguíneo o, incluso, de estrés. En ese sentido, las disfunciones diagnosticadas en los pacientes. Así, la kinesiología tiene como objetivo la rehabilitación de pacientes con problemas motrices a través de distintos procedimientos como la aplicación de frío y calor en la zona a tratar, acupuntura, ultrasonidos y otros tipos de tratamiento similares. De igual manera, la kinesiología trata la parte psicológica y nutricional del paciente, pues la relación entre cuerpo y mente es fundamental para este tipo de tratamiento.
En suma, la kinesiología es un tipo de terapia natural que, además de aliviar molestias y rehabilitación de funciones motoras del cuerpo humano, funciona para prevenir desequilibrios dentro del organismo de cada paciente.
¿Qué hace un kinesiólogo? Diferencias con el terapeuta ocupacional
Los kinesiólogos son aquellos profesionales que, previo estudio de la kinesiología, se encargan de la rehabilitación de pacientes con problemas motrices. En ese sentido, estos profesionales utilizan distintos tipos de terapia para aliviar al paciente con estas condiciones a través de la combinación de procedimientos dirigidos al cuerpo y otros para la mente. Así, el tratamiento cuerpo y mente es la clave para el alivio del paciente y la eficacia del tratamiento en sí.
Sin embargo, existe cierta confusión entre la labor del kinesiólogo y la de los fisioterapeutas. Por su parte, los kinesiólogos se enfocan en el estudio del movimiento humano buscando al origen del dolor, tratando de manera equitativa el balance entre cuerpo y mente, de manera que además de realizar tratamientos en cuanto al alivio físico, el componente emocional toma vital importancia. Para ello, el kinesiólogo debe identificar el factor detonante para el estrés y, seguidamente, realizar un test muscular. Los tratamientos varían desde acupuntura (como mencionamos anteriormente) hasta técnicas en cuanto a la programación neurolingüística.
Por otro lado, los fisioterapeutas tratan a los pacientes que sufren de la reducción de la movilidad corporal por distintos factores: accidentes, enfermedades, envejecimiento, lesiones, entre otros. De esa manera, la fisioterapia busca una solución efectiva a través de ejercicios terapéuticos. En suma, la kinesiología es una terapia bioenergética que se concentra en la interacción y conexión entre cuerpo y mente para su tratamiento.
Formación académica para kinesiólogos: cursos y otras consideraciones
Si bien la kinesiología no es una profesión aún completamente reconocida en algunos países de América Latina (como Argentina), las personas que quieran dedicarse a esta disciplina deben formarse académicamente para poder tratar a los pacientes. Los métodos que implica este tipo de tratamiento requieren estudio previo y, además, el desarrollo de algunas soft skills para estos profesionales.
En cuanto a la formación académica científica, un curso de kinesiología es fundamental, en el cual se estudia desde la historia de la disciplina hasta la parte práctica, la cual engloba el test muscular, conocimientos básicos de anatomía y, por supuesto, en qué consiste el campo energético y el campo emocional del paciente. Estos puntos engloban conocimientos provenientes de la medicina tradicional china, así como la auriculoterapia y terapias homeopáticas.
Además de los cursos especializados en cuanto al área, es recomendable que el futuro kinesiólogo realice cursos en el área de mindfulness para el control de las emociones y, así, poder aprender las técnicas cognitivas que se necesiten para el autocontrol. De igual manera, los cursos en acupuntura son deseables, por cuanto son terapias que se incluyen en sesiones de kinesiología.
Por otro lado, es ideal que el kinesiólogo pueda desarrollar algunas soft skills, tales como la proactividad, así como el pensamiento crítico y la oratoria. De igual manera, la capacidad de ser empático, comunicativo y ser paciente son fundamentales tanto para desarrollo como para su éxito profesional.
En suma, la kinesiología es una disciplina que, aunque relativamente reciente, ha tomado una gran importancia en los últimos años. A pesar de la controversia en cuanto a su validez científica para su efectividad, la kinesiología funciona mucho más que un complemento terapéutico para determinado paciente. Si buscas formarte en esta área, asegúrate de contar con la formación académica necesaria: el primer paso es realizar un curso general sobre la disciplina y, de allí, especializarte en cuanto a terapias específicas y desarrollar otras destrezas que te permitan diferenciarte como profesional. De igual manera, si buscas un kinesiólogo, asegúrate de que cuente con la validación y acreditación necesaria para el desarrollo de su labor.
También te podría interesar: